Ya nadie vende su alma al diablo
ser asesinado en primaveras multitudinarias.
Se quedó pegado al papel del cuadro centenario.
Cada día nuestros ojos se alejan más
de la montaña, del Cáucaso.
Celeste, sólo celeste importa
y el deseo loco de volar como pájaro sanguinario.
Intenso y sublime. Poesía de verdad.
ResponderEliminarSalud.
gracias Julio.
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