jueves, 26 de noviembre de 2009

Dios ha muerto

Dios ha muerto,
jirones de su cuerpo
han sido esparcidos por la orilla
donde la niña rota, vaga,
donde el amor se abandona,
se calcina,
donde un perro devora las huellas del hombre.
Dios ha muerto,
ocurrió en la esquina de mi calle.
Antes de morir lloraba.
Su pena no tenía horizontes.
El viento le mesaba las barbas
que se disipaban en nubes,
luego la lluvia le deshizo los ojos,
llenos de distancia
y se volcaron en un charco sucio,
polvoriento,
donde se olvidan las palabras,
donde no hay primaveras,
donde la ciudad crece,
Dios ha muerto,
descanse en paz su alma.

EL LOCO

Tras los muros de tu corazón
vive el gusano transformado
que derrocha luz
en las noches solitarias e insomnes.
Con un golpeteo de nudillos ensangrentados,
hay quien pretende romperlo,
y luego, ya sabes
vendrá la locura
con las alas del color de un mar enfurecido.
Ya sabes que chocarás con las ventanas cerradas
de tu delirio, esas
que tu abrías cuando eras niño.
Ya sabes que cuando la noche te deje ciego
tu grito, el último
será un eco en la habitación donde has de morir
aplastado como un insecto.
Loco
Y en soledad.