sábado, 23 de noviembre de 2013

Memorias

No se si es tiempo de recordar, o al menos, el tiempo cierto.
Pero mi espíritu, como si de un pájaro joven se tratara, vuela lejos.
Se marcha.
No hay regreso.
Las imágenes se quedaron devoradas por la niebla de la memoria, la imperfección regalada por el olvido.
Ya estoy olvidando los viejos árboles con ramas vencidas hasta el suelo.
También estaba el arroyo, con un hilillo agónico de agua.
Y el mar.
Siempre el mar.
Luces multicolores adornando las barcas que iluminaban la noche de pies y manos negras.
Los erizos salvajes escondidos en las rocas.
Siempre el mar.
Distinto.
Cambia.
Me hace pensar en algo lejano que viene hacia mí.
La esperanza quizás.
La lámpara que reflejaba la carpa de un circo en el techo de mi casa.
Había grandes elefantes de oro, monos saltando.
No se si es tiempo. Es pronto.
Pero ya recuerdo el olor hambriento del mar.
La cal blanca de la casa, como una rodaja de pan, a mis pies.
Mi memoria así, me lleva al tiempo de la infancia rota.
El niño muerto.
El niño que se escondía del miedo.
La foto del niño que se oscurece en la memoria.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Se puso su mejor vestido.
Pintó una sonrisa.
Dibujo estrellas en sus pupilas.
Cerró la puerta con cuidado.
Dejando perfumes
En el aire,
 restos de la ultima silaba.

Entre las uñas la tierra ennegrecida
Porque había cavado la tumba de sus pesadillas.
Desayunó unas lineas de agonía.
Letras huérfanas en papeles arrugados.
Y así  fue
Poesía.

El viento se levantó fuerte.
Siempre lo hace.
Y detrás de las ventanas miles de rostros
Se vistieron para buscar la muerte del alma.
Las luces de los edificios iluminaron esa Nada.

Alguien gritó :
En la calle un papel!
De palabras, ideas, presagios, verdades canallas.
Y así fue
Poesía.

Y como decía al principio,
Cerró la puerta.

Ya nadie la recuerda.
No son días
No hay hombres para la Poesía.
Esa que fue un día madre y amante,
Olvidado reflejo de la luna, encallada
En una isla solitaria.
Isla de destierro en medio de un mar cibernético,
Donde no hay plazas para que los niños jueguen,
Coman pan con chocolate,
Imaginen piratas a mediodía,
Abracen  la Poesía.


sábado, 16 de noviembre de 2013

El mar

El mar.
Sólo las gaviotas saben del mar.
De su color,de su hambre.
Sólo las solitarias aves que, empujadas por las estaciones
ven las lenguas del mar
y sus dedos blancos dibujar la costa
de países lejanos.
Aquellos hacia donde va la esperanza.
A veces el amor.