jueves, 6 de noviembre de 2014

En cuerpo y alma

Cuerpo de acantilado, de valle, monte erosionado.
Vencidos los árboles que le cobijaron,
noches malditas manchadas de un poco de amor.

Promesas desnudas visten este cuerpo
disfrazado de cordura.
Decapitado,
en el río de la muchedumbre...
muchedumbre sin ojos, sin boca.

Derramado por calles apretadas
busca las cicatrices
cuando, detenido tras el semáforo, sigue siendo
cuerpo, quizás alma.

1 comentario:

  1. Aunque sea un poema urbano se respira el aire abierto y libre de los espacios que dominan los ríos y los árboles. Realmente bello.
    Salud.

    Julio G. Alonso

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