martes, 18 de noviembre de 2014

Noche

Noche.
Una mujer de manos redondas
se toca el pelo adornado
con jazmines y hierbabuena.
Desde el balcón diminuto dos perros
se devoran.

Noche.
Embutidos de insecticidas
atestan las estrellas.
En las carreteras juegan insólitos
los ángeles con las enredaderas.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Otra poesía

Ya que no tengo la lengua ágil
ni enrollada en el vino,
sólo puedo hacer con la tinta proyección
de mi espíritu.
Ya que no deseo cansar con el sonido torpe
de mi garganta,
envío un beso
a través del viento (buen mensajero),
un beso envuelto en celofán - parece Navidad -
azul,
un beso sin remitente:
en los labios de la noche antes que humillado.
Si llega a tus dedos...
no sé qué pensamientos....
un beso de azúcar.
Después que lo hayas engullido
nacerá otra poesía

martes, 11 de noviembre de 2014

Muerte en la tarde

Se ha caído el sol de su columpio azul,
a duras penas puede combatir a la bestia del aire
porque los ángeles le robaron las alas.

En el horizonte la sangre de Abel se derrama
en la boca de Caín, que se ha desnudado,
enseñando la llaga que le ha dejado el amor.

También la muerte llora,
ha perdido su guadaña y su ropa.
Ahora su cuerpo de agua se pierde en el firmamento.

"Es tarde" -  se queja el silencio -
"¿quién habrá muerto?"

jueves, 6 de noviembre de 2014

En cuerpo y alma

Cuerpo de acantilado, de valle, monte erosionado.
Vencidos los árboles que le cobijaron,
noches malditas manchadas de un poco de amor.

Promesas desnudas visten este cuerpo
disfrazado de cordura.
Decapitado,
en el río de la muchedumbre...
muchedumbre sin ojos, sin boca.

Derramado por calles apretadas
busca las cicatrices
cuando, detenido tras el semáforo, sigue siendo
cuerpo, quizás alma.

CUENTOS DE HADAS

Tienes en la boca sabor a cuento de hadas,
a brujas, princesas y ranas.
Si me cierra los ojos la mano de la noche
me cuentas cómo se convirtió el hombre en águila,
cómo recuperó el mudo la voz,
cómo robó el diablo el color de la princesa,
cómo se conquistaron.....
Parece que quiere amanecer.
El sueño empuja al sol hacia el otro lado de la calle.
Corre las cortinas.
Tus labios duermen sobre mi rostro.
Tantas veces regresé con el cuerpo herido al patio
donde se violo la luna...
pero la silueta de tu aliento me detuvo
tras la puerta buscando
ese cuento para que me lo contaras.