Sobre el mar volcaba mi dolor,
escupía lágrimas a las olas saciadas.
Entonces, mis llagas me hablaban
de noches devorando estrellas.
Sobre los muebles rotos escribía líneas torcidas
y aplastaba las cucarachas que me visitaban
cuando apagaba la luz tibia.
Soñaba, pero tenía miedo a soñar.
A veces, engullía noches enteras
y me ocultaba en la niebla.
Soñaba, pero tenía miedo a la tormenta,
al ruido del trueno cerca.
Pero ahora mi sueño son sueños
hechos realidad
cuando camino calle abajo
contigo de la mano cerca.
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