lo que las palabras no pueden.
Se que las manos abrazan
el aire, cuando es mi cintura.
Tus manos, detenidas en el aire,
con miedo a ese silencio
que todo lo grita.
Se que me quieres aunque
no lo digas. No puedes.
Se que está mal amar a un loco.
Ese que dice cosas cuando no debe,
ese que se ríe cuando todos lloran
y, ese que ama cuando nadie comprende.
Amar a un loco,
aquel que baila
por la calle y roba las entrañas
a los contenedores,
aquel que habla solo
mientra mira interrogante
a los paseantes,
aquel que se peina con el viento
y se viste con los dedos
inquietos de su locura tenaz;
y sabe, mejor que nadie,
que está mal, amar tanto
por amar.
Por todo esto sé,
que tu hechizas el aire
para que vaya corriendo hacia tus manos
de loco y así vuelva
como cuando aún ni sospechábamos
que era posible,
a amar
por amar.