Aunque mi palabra es incapaz
de traerte,
ahora que no estás y que te necesito.
Aunque si grito otra vez tu nombre
mi voz se pierde
en la ciudad.
Ofrezco la flor, la boca manchada
de leche junto a mi pecho
y este vacío que es útero de amor.
Esta poesía de silencio.
Margarita, te he leído en el foro Alaire en donde también participo y he visto que eres, como yo, de León, lo que ha hecho aún mayor mi curiosidad por tu trabajo que estoy mirando en tu cuaderno con verdadero interés.
ResponderEliminarSalud
Julio G. Alonso