Has dejado las huellas de tus besos en la arena
y un perro abandonado bebe del pozo que queda.
Has dejado horas de silencios apilados
en las estanterías empolvadas
donde las páginas amarillentas
mastican tus palabras.
Has dejado una sombra infantil debajo de la mesa
donde se comía de primer plato Miedo,
de segundo Noche
y de postre Sueños.
Has dejado la luz encendida
porque sigues escuchando los pasos de la pesadilla
monstruo distante e inacabado,
que quiere terminar el dibujo de tus ojos
que huyen siempre,
corren hacia adelante.